El asesinado Baha Mousa, en una foto familiar
Los malos tratos respondieron a sus deseos de venganza
Un ex militar del Ejército británico rompió su silencio y acusó a un superior y a sus aliados de ser los autores de los violentos golpes y torturas que sufrieron prisioneros iraquíes en el año 2003, ha publicado el rotativo The Independent.
Donald Payne, de 35 años, y único condenado por la muerte en 2003 de Baha Mousa, recepcionista de un hotel iraquí, declaró durante un juicio que esos malos tratos respondieron a sus deseos de venganza luego del asesinato de tres policías militares británicos y un capitán del Ejército, refiere Telesur.
Baha Mousa falleció por asfixia al recibir 93 heridas.
La víctima falleció por asfixia al recibir 93 heridas, según determinó el especialista forense.
Payne reveló, además, que el teniente Craig Rodgers torturó a uno de los detenidos mediante un simulacro de ejecución rociándolo con un líquido para que creyese que moriría quemado.
El ex cabo admitió que el coronel Jorge Mendonca amenazó a un iraquí con matarlo, colocando el cañón de un revólver en su boca para obligarlo a responder un interrogatorio.
En 2006, Payne se convirtió en el primer integrante del Ejército británico en ser acusado de un crimen de guerra luego de confesar culpa por haber propinado maltratos a civiles iraquíes ante un tribunal militar.
Los abogados de Baha Mousa exigieron a la Fiscalía que los responsables sean acusados de asesinato.