Bismillaah, wal-hamdulilaah, was-salaatu was-salaamu 'alaa rasoolillaah
Existen personas que afirman tener conocimiento de lo oculto y el futuro. Ellos son llamado por varios nombres, entre los cuales están: adivinos, agoreros, videntes, magos, pronosticadores, astrólogos, etc. Los adivinos utilizan varios métodos y medios de los cuales afirman que extraen su información, como los siguientes: leer las hojas de té, dibujar líneas, escribir números, leer la palma de las manos, consultar el horóscopo, mirar la bola de cristal, leer el café, etc. Los practicantes de las artes ocultas que pretenden revelar lo oculto y predecir el futuro, se pueden dividir en dos categorías:
1. Aquellos que no tienen conocimiento verdadero o secretos, sino que les hablan a sus clientes sobre incidentes generales que le ocurren a la mayoría de las personas. A menudo realizan una serie de rituales sin sentido y luego hacen conjeturas generales. Algunas de sus conjeturas, debido a su generalidad, pueden resultar ciertas. La mayoría de las personas tienden a recordar las cuantas predicciones que se hicieron realidad y rápidamente olvidan las muchas que no lo hicieron. Esta tendencia es un resultado del hecho de que, después de algún tiempo, todas las predicciones tienden ser pensamientos casi olvidados en el subconsciente, hasta que algo ocurre que activa su recuerdo. Por ejemplo, se ha convertido en una práctica común en Norteamérica publicar, al comienzo de cada año, varias predicciones de adivinos famosos. Cuando se realizó una encuesta de varios adivinos en el año 1980, se encontró que el adivino que más acertó entre ellos tuvo solo un 24% de exactitud en sus predicciones.
2. El segundo grupo son aquellos que han hecho contacto con el demonio. Este grupo es de mayor importancia porque usualmente involucra el grave pecado del Shirk (asociar a otros con Allah), y aquellos implicados a menudo son bastante precisos en sus informaciones, y así presentan una Fitnah (tribulación y tentación) real tanto para musulmanes como para no musulmanes. No solo es haram (prohibido para la Ley Islámica) practicar la astrología, sino que también lo es consultar a los astrólogos, leer sus predicciones, comprar libros sobre astrología y leer los horóscopos. Ya que la astrología es principalmente usada para predecir el futuro, quienes la practican son llamados adivinadores. Por consiguiente, quien consulta su horóscopo cae bajo el reglamento contenido en la afirmación del Profeta: “Las oraciones diarias de quien consulte a un adivino y le pide algo, no serán aceptadas por cuarenta días y cuarenta noches”. [Muslim]
El castigo mencionado en este hadiz es simplemente por consultar y pedir algo al astrólogo, incluso si uno duda sobre la veracidad de sus afirmaciones. Cuando la persona duda sobre la verdad o la falsedad la de información del astrólogo, esto implica que duda sobre si otros conocen lo oculto y el futuro además de Allah. Esta es una forma de Shirk, porque Allah Ha Afirmado claramente (lo que se interpreta en español): {Él Posee las llaves de lo oculto y nadie más que Él las Conoce…} [Qur'an 6:59]; y también (lo que se interpreta en español): {Di: Nadie en los cielos ni en la Tierra conoce lo oculto salvo Allah…} [Qur'an 27:65] Sin embargo, si uno cree en las predicciones de los horóscopos, ya sean mencionados por los astrólogos, escritos en libros de astrología, revistas, periódicos, etc., cae directamente en el Kufur (incredulidad), como lo afirmado por el Profeta, sallallahu ‘alaihi wasallam: “Quien consulte un oráculo o a un adivino y crea en lo que dice, ha descreído en lo que ha sido revelado a Muhammad”. [Ahmad y Abu Dawud]
Al igual que la narración anterior, esta se refiere literalmente a los adivinos y esto también se aplica a los astrólogos, ambos afirman tener conocimiento sobre el futuro. Las predicciones del astrólogo son tan opuestas al Tawhid (Monoteísmo Islámico) como las del adivino común. Ellos afirman que las personalidades de la gente están determinadas por las estrellas, y que sus acciones futuras y los eventos de sus vidas están escritos en las estrellas. El adivino común sostiene que la formación de las hojas de té en el fondo de una taza, o las líneas de las manos, le dicen lo mismo. En ambos casos, los individuos afirman tener la habilidad de obtener, por medio de leer en las formaciones físicas de objetos creados, el conocimiento de lo oculto.
Creer en la astrología y consultar los horóscopos están en clara oposición a la letra y el espíritu del Islam. Es el alma que está vacía, que no ha probado la verdadera fe, la que sigue estos caminos. En esencia, estos caminos representan un vano intento de escapar del Qadar (destino).
Estos ignorantes creen que si conocen lo que les tiene reservado para ellos el mañana, pueden prepararse desde hoy, para de esa forma evitar lo malo y asegurar lo bueno. El Profeta Muhammad, sallallahu ‘alaihi wasallam, fue ordenado por Allah que dijera lo siguiente (que se interpreta en español): {…Si tuviera conocimiento de lo oculto, entonces tendría abundantes bienes y no me hubiera alcanzado ningún mal. Yo solo soy un amonestador y albriciador para quienes creen [en mi profecía]. } [Qur'an 7:188]
Por lo tanto, los musulmanes están obligados a mantenerse alejados de estas cosas. Anillos, cadenas, etc., que contengan los símbolos del Zodiaco no deben ser usados, incluso si uno no cree en ellos. Ellos son parte integral de un sistema fabricado que propaga el Kufur y debe ser eliminado completamente. Ningún musulmán creyente debe preguntar a otro de qué signo es o intentar averiguar lo que esto significa. Tampoco deben leer los horóscopos en los periódicos o escuchar cuando son leídos. Cualquier musulmán que consulte las predicciones astrológicas para conocer su futuro o determinar sus acciones debe buscar el perdón de Allah y renovar su Islam.