Ithar Ghada Faied Admin
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| Tema: Respeta a los ancianos y a la gente distinguida Dom Feb 13, 2011 3:56 pm | |
| El Islâm trajo un sinnúmero de refinadas normas sociales que infundirían una actitud de caballerosidad, nobleza, buenos modales y cortesía en el corazón del musulmán: Una de las enseñanzas más prominentes es prestar el debido respeto a los ancianos, y aquellas personas merecedoras de respeto (como los eruditos, etc.).
La musulmana verdaderamente guiada por el Islâm no descuida seguir esta esencial resolución islámica básica que otorga a la musulmana su genuina identidad en la sociedad islámica. Quien carezca de esta cualidad pierde su membresía en esta comunidad y ya no tendrá el honor de pertenecer a la Ummah del Islâm, como manifestó el Profeta (sws):
"No pertenece a mi Ummah la persona que no honre a nuestros ancianos, ni demuestre compasión hacia nuestros jóvenes ni tampoco preste el debido respeto a nuestros sabios".[1]
El respeto por los ancianos y darles prioridad por encima de los jóvenes son señales del nivel de urbanidad de los miembros de una comunidad o de una sociedad, ya que comprenden las normas de moralidad humana y tienen un elevado nivel de buenos modales. Esto es válido para las mujeres, así como para los hombres. De allí que el Profeta (sws) se mostraba interesado en reforzar esta comprensión en los corazones de los musulmanes mientras estaba erigiendo la estructura de la sociedad islámica.
Entre las evidencias de su preocupación para lograr esta gran obra se encuentran sus palabras a 'Abdul Rahmân ibn Sahl, quien estaba hablando a pesar de ser el miembro más joven de una delegación que había ido donde estaba el Profeta (sws). Por eso, el Profeta (sws) le dijo: "Deja hablar a alguien mayor que tú, deja hablar a alguien mayor que tú". Entonces 'Abdul Rahmân se quedó en silencio, y alguien mayor que él comenzó a hablar. [2]
Cuando la musulmana moderna muestra respeto a una dama mayor que ella u honra a una mujer merecedora de respeto, está cumpliendo un deber moral meritorio que de hecho, conforma una parte de la adoración porque honrar a nuestros ancianos y a la gente distinguida es parte de la glorificación a Allâh (swt), como dijo el Profeta (sws):
"Parte de la glorificación a Allâh (swt) es honrar a los musulmanes canosos (es decir, a los ancianos), quienes han aprendido el Qur’ân de memoria sin exagerar acerca de él, ni ignorar sus enseñanzas, y honrar al gobernante justo".[3]
Al comportarse de esta manera, la musulmana sigue el mandato del Profeta (sws) de dar a las personas sus posiciones apropiadas en la sociedad islámica. El Imâm Muslim hace mención de esto al comienzo de su Sahîh donde dice:
Fue relatado que 'Âishah, que Allâh esté complacido con ella, dijo: “El Mensajero de Allâh (sws) nos ordenó poner a la gente en sus posiciones apropiadas".[4]
La musulmana no debe olvidar que dar a las personas su justa o apropiada posición significa reconocer sus posiciones, y dar prioridad a los ancianos, a los eruditos, a quienes han memorizado el Qur’ân, a quienes sean prudentes, y a las personas distinguidas, sean hombres o mujeres.
[1] Relatado con un isnâd hasan por Ahmad y At Tabarânî. Ver Maymâ' al Zawâ'id, 8/14, bâb tawfir al kabîr wa rahmat al saghîr.
[2] (Bujâri y Muslim), Ver Riyâd al Salihîn, 207, Bâb tawfir al 'ulama' wa'l kibâr wa ahl al fadl.
[3] Un Hadîzhasan narrado por Abû Dâûd, 5/184, Kitâb al adâb, 23.
[4] Sahîh Muslim, 1/55.
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