El relator especial de la ONU sobre Derechos Humanos en los territorios ocupados de Cisjordania y la Franja de Gaza, Richard Falk, afirmó ayer que existen pruebas de que Israel cometió crímenes de guerra durante su ofensiva en la Franja de Gaza y abogó por una investigación independiente sobre este asunto.
En su opinión, la angustia que sufrieron los civiles a causa de los ataques fue tan grande que todos los habitantes de la Franja podrían considerarse como víctimas del conflicto.
Falk, que se encuentra en California, participó por teléfono en una rueda de prensa celebrada en Ginebra en la que incidió en la necesidad de iniciar una investigación independiente sobre si las pruebas que indican que Israel violó el Derecho Internacional Humanitario revelan también que cometió crímenes de guerra.
"Creo que existe un caso 'prima facie' para llegar a esa conclusión", aseguró utilizando un término jurídico que hace alusión a una prueba que, si no es refutada, es suficiente para probar un asunto o un hecho particular.
Además, el investigador de la ONU acusó a Israel de no esforzarse suficientemente para permitir que los civiles huyesen de los enfrentamientos. "Encerrar a la gente en una zona de guerra es algo que evoca los peores recuerdos internacionales del Gueto de Varsovia y los asedios que ocurrieron involuntariamente durante un periodo en tiempo de guerra", aseguró Falk en referencia a la muerte por inanición y el asesinato de judíos de Varsovia por parte de la Alemania nazi en la Segunda Guerra Mundial.
"Al menos podrían haberse tomado precauciones temporales para que los niños, los minusválidos y los civiles enfermos pudiesen marcharse, incluso si adonde se iban a dirigir era al sur de Israel", dijo Falk, judío de nacionalidad estadounidense.
El relator recalcó que al encontrarse todos los gazacíes atrapados en una zona de guerra de la que no podían salir como refugiados, podrían quedar afectados psicológicamente de por vida. Si así fuera, la definición de víctima podría ampliarse a toda la población de la Franja, agregó.
Falk, a quien se le prohibió la entrada a Israel dos semanas después de que comenzase la ofensiva el pasado 27 de diciembre, rechazó el argumento de Israel de que el motivo de la operación militar era defenderse de los cohetes que lanzan los milicianos palestinos a su territorio desde Gaza. "A mi juicio, la Carta de la ONU y el Derecho Internacional no dan a Israel una base legal para alegar defensa propia", sentenció.
En este sentido, el relator de la ONU subrayó que Israel no limitó los enfrentamientos a las zonas de donde provenían los cohetes y además se negó a negociar con Hamás, que gobierna 'de facto' en la Franja de Gaza, impidiendo así la consecución de una solución diplomática.
Más de 1.300 palestinos, muchos de ellos civiles, murieron durante la ofensiva, y más de 5.000 resultaron heridos. Además, fallecieron diez soldados y tres civiles israelíes, estos últimos a causa de los ataques con cohetes.