La BBC se comunicó teléfonicamente con tres familias en distinas partes de la Franja de Gaza. Lea abajo sus testimonios sobre el día a día mientras continúa la ofensiva por tierra del ejército israelí. MUHAMMAD ABUSHABAN, CIUDAD DE GAZA Todavía estamos en casa. Aún estamos sin hacer nada porque no podemos salir de Gaza; pero hemos escuchado que hoy los israelíes implementarán un cese el fuego por tres horas.
Cuando me asomo a la ventana todo lo que veo son nubes de humo negro producto de las explosiones. Sin embargo, en este momento no escucho nada. Nosotros salimos a comprar alimentos a pesar de los riesgos y del peligro, eso sí no vamos a los supermercados.
Quizás hoy, durante el cese el fuego, podamos ir al supermercado y adquirir productos básicos, incluso pueda que le demos un vistazo a los edificios que han sido destruidos. No hemos tenido electricidad por varios días, ni tampoco agua. Si pudiera, compraría botellones de agua porque realmente la necesitamos.
Algunos de mis amigos han perdido contacto con sus familiares porque no tienen electricidad ni forma de comunicarse con ellos. Mucha gente está preocupada.
Sobrevivimos con la ayuda de un pequeño generador que
utilizamos para cargar teléfonos celulares y para hacer funcionar el refrigerador para preservar la comida, pero el generador necesita combustible y ya casi no nos queda nada. No sé por cuánto tiempo podremos sobrevivir así. El tiempo se nos acaba.
TAMER, BEIT LAHIYA Esto se pone cada vez peor. La intensidad de los combates está aumentando.
| Proyectiles y cohetes son lanzados cada pocos minutos. Hay acción militar de ambos lados. Los disparos de tanques y de artillería son constantes y esto significa que no podemos dormir. Todos estamos nerviosos y traumatizados. Ya ni siquiera hablamos entre nosotros
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La gente está abandonando Beit Lahiya. Desde mi ventana veo a agricultores y a personas de todos lados que colocan sus muebles sobre burros, automóviles y camiones.
Se dirigen al centro de la ciudad o a las escuelas. Sé que los israelíes bombardearon escuelas ayer pero la gente no tenía otra opción. No hay dónde ir, excepto a lugares de encuentro o campos de refugiados que es en lo que las escuelas se han convertido. Puede ser que exista la esperanza de que lo que sucedió ayer no volverá a
repetirse. Es tan triste ver a vecinos, niños y mujeres caminando en grupo, cada uno cargando algo. Algunos sólo llevan comida porque no tuvieron tiempo de recoger sus pertenencias. Con suerte, podría abandonar la Franja porque tengo otra ciudadanía pero la Cruz Roja ha advertido que evacuarme en este momento es demasiado peligroso.
| Es tan triste ver a vecinos, niños y mujeres caminando en grupo, cada uno cargando algo. Algunos sólo llevan comida porque no tuvieron tiempo de recoger sus pertenencias
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Proyectiles y cohetes son lanzados cada pocos minutos. Hay acción militar de ambos lados. Los disparos de tanques y de artillería son constantes y esto significa que no podemos dormir. Todos estamos nerviosos y traumatizados. Ya ni siquiera hablamos entre nosotros. No vemos a soldados israelíes, sólo vemos tanques. En este momento, desde mi ventana observo vehículos blindados de ataque. Amigos
que viven a cinco kilómetros de nosotros dicen que en su zona, algunos soldados están en las casas. Dicen que es una batalla que se libra de una casa a otra. Algunos edificios altos han sido tomados por francotiradores israelíes. Algunos no abandonan sus hogares porque están preocupados de que si llegan los soldados israelíes a sus casa no podrán ver lo que sucede.
FAHMY SHURAB, KHAN YOUNIS Anoche escuchamos disparos y el sonido de tanques y helicópteros al tiempo que el ejército israelí entraba a un distrito en el sur de Khan Younis que se llama Al Farah Ain.
No tenemos ni pan ni gas. Traje algo de madera para quemarla y sólo así pudimos tomar té o café. Tengo un niño de dos años de edad. Está bien y hemos podido conseguir un poco de leche.
Él come pan cuando tenemos. Pero cuando oye las explosiones se asusta y comienza a temblar. Trato de tranquilizarlo sin éxito. Es un niño y esos sentimientos no se pueden controlar. Si encuentro algo bueno para comer salgo y lo traigo, el problema es que en Khan Younis no hay nada. En este momento estoy asomado en la ventana y todos los negocios están cerrados.
Voy a orar en la mezquita cuatro o cinco veces al día, queda a
sólo 50 metros de mi casa. Cuando hablé con otras personas, me di cuenta que algunos están muy preocupados pero a otros comienza a no importarles. Morir se ha convertido en algo normal.
Hoy cuando salí, conocí a algunos políticos que dicen que hay
algunos militantes de Hamas que luchan con confianza. Dicen que los militantes piensan: 'Si los israelíes nos matan, iremos al paraíso. Si matamos israelíes, ellos irán al infierno' Hasta ahora no he visto a ningún soldado israelí. La radio local informa que cuando llegan lo hacen en tanques y que están protegidos por helicópteros.