Ithar Ghada Faied Admin
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| Tema: Ella se relaciona con mujeres honradas y rectas Dom Feb 13, 2011 4:29 pm | |
| En su vida social, la musulmana busca hacer amigas con las mujeres honradas para que sean sus amigas íntimas y hermanas en la Fe, y cooperar junto a ellas en la rectitud, en la taqua, en las buenas obras, y en guiar y enseñar a otras mujeres que pueden tener poco conocimiento acerca del Islâm. Relacionarse con las mujeres honradas siempre traerá bienaventuranza, beneficios y una gran recompensa, a la vez que profundizará la íntegra comprensión del Islâm por parte de las mujeres. Por esta razón, fue alentada en el Qur’ân:
[Reúnete con quienes invocan a su Señor por la mañana y la tarde anhelando complacerle. No te apartes de ellos inclinándote por el encanto de la vida mundanal. No obedezcas a quien hemos hecho que su corazón se olvide de Nosotros, sigua sus pasiones y se extralimite en sus acciones.] (18: 28)
La verdadera musulmana, sólo se hace amiga de las mujeres nobles, virtuosas, honradas, y piadosas, como dijo un poeta: "Relacionáos con gente de carácter noble, así seréis considerados como uno de ellos, por ello, no toméis a cualquiera como amigo."
La verdadera musulmana no encuentra dificultad en juntarse con gente honrada aunque aparentemente estén por debajo de su propio nivel socio-económico. Lo que realmente cuenta es la personalidad esencial de una mujer, no su apariencia física, o su riqueza. Mûsa (as), el Profeta de Allâh (swt), siguió los pasos del sirviente honrado para poder aprender de él, por eso, le dijo con todo respeto y buenas maneras:
[…¿Puedo seguirte para que me instruyas sobre aquello que se te ha enseñado?] (18: 66)
Cuando el sirviente honrado respondió:
[Tú no podrás soportarlo.] (18: 67)
Mûsa (as) le dijo con todo respeto y cortesía:
[Verás, si Allah quiere, que lo resistiré y no te desobedeceré.] (18: 69)
La musulmana cuando escoge a sus amigas de entre las mujeres honradas no olvida que las personas son como los metales, algunos de los cuales son preciosos mientras que otros son comunes y corrientes. Como explicó el Profeta (sws) cuando describió las diferentes clases de gente:
"Las personas son metales como el oro y la plata. Los mejores en el tiempo de la yâhiliiah serán los mejores en el Islâm, si realmente entienden. Las almas son como soldados conscriptos: si se reconocen el uno al otro, se volverán amigos, y si se desagradan el uno al otro, irán por caminos diferentes".[1]
La musulmana también conoce de las enseñanzas de su religión que las amigas son de dos clases: la amiga honrada y la amiga mala. La amiga buena es como un estuche de almizcle: cuando se sienta junto a ella, hay una atmósfera de relajamiento, generosidad, perfume y felicidad. La amiga mala es como quien sopla con un fuelle: cuando una persona se sienta con ella, hay calor de llamas, humo, hedor y una atmósfera de penumbra. El Profeta (sws) dio la mejor analogía de esta situación:
"El buen compañero y el mal compañero son como el estuche de almizcle, y como el que sopla el fuelle. Con el estuche de almizcle, él puede hacértelo compartir o bien tú puedes comprarle o tú puedes percibir una fragancia placentera. Pero el que sopla el fuelle, bien puede quemar tus ropas o tú puedes oler un hedor pestilente que emana de él." [2]
En consecuencia, los Sahâbah solían fomentarse unos a otros, la visita a gente buena que les rememorara el nombre de Allâh (swt) y llenara sus corazones con el temor de Allâh (swt), la enseñanza religiosa y el respeto. Anas (ra) relató el siguiente incidente:
"Después de la muerte del Profeta (sws), Abû Bakr dijo a 'Umar , 'Vayamos a visitar a Umm Ayman [3] como acostumbraba a hacer el Mensajero de Allâh' (sws). Cuando llegaron a su casa, ella rompió en llanto. Le preguntaron: '¿Por qué lloras? Estar con Allâh (swt) es mejor para el Profeta [sws] (que este mundo)'. Ella dijo: 'Yo no estoy llorando porque ignore que es mejor para el Profeta (sws) estar con Allâh (swt). Yo estoy llorando porque ha cesado la revelación del cielo'. Ellos se conmovieron profundamente con estas palabras, por eso, comenzaron a llorar junto a ella". [4]
Las reuniones de las mujeres honradas donde Allâh (swt) es recordado y cuyas conversaciones son serias y benéficas están rodeadas de ángeles y resguardadas por la misericordia de Allâh (swt). En dichas reuniones las almas y las mentes se purifican y se refrescan. Por otra parte, es propio de las creyentes honradas el incrementar su asistencia a tales reuniones, y sacar provecho de las mismas, pues esto les hará bien en este mundo y las conducirá a una elevada condición en la vida futura.
[1] Sahîh Muslim, 16/185, Kitâb al birr wa'l silah wa'l adâb, bâb al arwah junûd mujannadah.
[2] (Bujâri y Muslim), Ver Riyâd al Salihîn, 211, Bâb ziyârat ahl al khayr wa majalisatihim.
[3] Umm Ayman era la niñera del Profeta durante su infancia. Cuando él creció, le dio su libertad y la casó con Zayd ibn Hârizah. El Profeta solía honrarla y tratarla con amabilidad y respeto, y dijo de ella: "Umm Ayman es mi madre." (Nota del autor)
[4] Sahîh Muslim, 16/9, Kitâb fadâ'il al Sahâbah, bâb fadâ'il Umm Ayman.
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