El ministro de Educación asegura que el derecho a la educación debe prevalecer sobre otras consideraciones
Algunas de las menores que han decidido acudir a clases con velo en solidaridad con Najwa. FOTO: J.J. Guillén/Efe
Tres semanas después de que saltara la polémica, el ministro de Educación, Ángel Gabilondo, se pronunció a favor de que Najwa Malha, la joven musulmana apartada de las clases en un instituto de la localidad madrileña de Pozuelo por llevar velo islámico, pueda asistir con normalidad al centro escolar. El titular de Educación destacó que debe «prevalecer el derecho a la educación» sobre otras consideraciones.
Gabilondo quiso diferenciar una seña de identidad particular y personal, como es el hiyab, de una identificación para un colectivo, como es el crucifijo en las aulas. Y aclaró que el pañuelo «no atenta contra los demás». Si bien, reconoció que estos son asuntos «de enorme complejidad».
El ministro de Justicia, Francisco Caamaño, también terció ayer en esta polémica, al aclarar que la Constitución reconoce la libertad religiosa de una manera muy amplia, y añadió que la sociedad española ha dado prueba de su capacidad de tolerancia religiosa. Eso sí, indicó que la futura Ley de Libertad Religiosa, en la que está trabajando el Gobierno, no entrará a regular en detalle aspectos como el uso del pañuelo islámico en los centros escolares, ya que se trata de una ley orgánica que, por mandato constitucional, solo regula el contenido esencial de los derechos.
El centro mantiene su postura
Najwa, que lleva tres semanas recluida en la sala de visitas del instituto Camilo José Cela leyendo y estudiando durante las seis horas de clase que recibe en segundo de ESO, aseguró que se pone el pañuelo en la cabeza porque es «una sumisión» a su dios. «Lo respeto bastante, porque me gusta, y porque me gusta mucho mi religión», dijo, y añadió que seguirá llevando el pañuelo «pase lo que pase».
Esta joven musulmana con nacionalidad española decidió hace dos meses ponerse el hiyab y acudir con él al colegio. Su padre, Mohamed Malha le pidió que no lo llevara al instituto porque iba a haber problemas, y que se lo pusiera cuando fuera a la Universidad, donde no existen limitaciones. Pero la chica optó por no quitárselo, decisión que ahora apoya su familia.
Sin embargo, el instituto se remite una y otra vez al reglamento interno del centro, aprobado por el consejo escolar, que ayer mismo mantuvo una reunión y decidió mantener la negativa a que los alumnos puedan estar en las aulas con la cabeza cubierta. Esta postura es apoyada por la Comunidad de Madrid, que por boca de su presidenta, Esperanza Aguirre, manifestó ayer que no se debe llevar la cabeza cubierta dentro de los centros educativos. Además, señaló que hay que respetar la libertad y autonomía de los colegios e institutos.