As salamu 'Aleikom
Alabado sea Allah.
En primer lugar:
Cuando un hijo de Adán muere, su alma parte y se lo coloca en la tumba, se encuentra en la primera etapa del Más Allá.
Se ha narrado que Haani’ el esclavo liberto de ‘Uzmaan ibn ‘Affaan dijo: Cuando ‘Uzman ibn ‘Affaan permanecía frente de una tumba lloraba hasta humedecer su barba. Le dijeron:
“Tú recuerdas el Paraíso y el Infierno y no lloras, ¿pero lloras por esto?”. Respondió: “El Mensajero de Allah (la paz y las bendiciones desciendan sobre él) dijo:
“La tumba es la primer etapa del Más Allá; el que esté a salvo en esa instancia, no importa lo que exista después, será más fácil para él, pero si no está a salvo, lo que venga después será peor para él”.
El mensajero de Allah (la paz y las bendiciones desciendan sobre él) dijo: “Nunca he visto ninguna escena como la de la tumba, no hay nada mas atemorizante que eso”. Narrado por al-Tirmidhi, 2308; Ibn Maayah, 4567; clasificado como hasan por al-Albaani en Sahih al-Yaami’, 1684).
En segundo lugar:
Los dos ángeles que se encargan de las preguntas se acercan a él y le preguntan en qué solía creer en este mundo, quién era su Señor, cuál era su religión y quién era su Profeta. Si responde correctamente, será positivo, pero si no contesta, los ángeles le infligirán golpes severos y dolorosos.
Si era un ser honrado, se acercan a él los ángeles con rostros luminosos, pero si era un hombre de malas acciones, se acercaban a él los ángeles con rostros oscuros. Esta era la fitnah o tribulación que sufrirá.
‘Aa’ishah narró que el Profeta (la paz y las bendiciones desciendan sobre él) solía decir:
‘Allaahumma inni a’udhu bika min al-kasali wa’l-haram wa’l-maghram wa’l-ma’zam. Allaahumma inni a’udhu bika min ‘adhaab al-naar wa fitnat il-naar, wa fitnat il-qabri, wa ‘adhaab il-qabri, wa sharri fitnat il-ghina wa sharri fitnat il-faqair wa min sharri fitnat il-masih il-Dayyaal. Allaahumma ighsil Jataayaaya bi ma’ al-zalyi wa’l-baradi wa naqqi qalbi min al-jataaya kama iunaqqa al-zawb al-abyad min al-danas, wa baa’id bayni wa bayna jataayaaya kama baa’adta bayna al-mashriqi wa’l-maghrib
(¡Oh, Allah! En Ti busco refugio de la holgazanería y la vejez, de las deudas y los pecados; del tormento del Infierno y de las tribulaciones del Infierno, y de las tribulaciones de la tumba y del tormento de la tumba, y del mal de la tribulación de la riqueza, y del mal de la tribulación de la pobreza, y del mal de la tribulación del Dayyaal (Anticristo). ¡Oh, Allah! Lava mis pecados con la nieve y el granizo, y limpia mi corazón del pecado como se limpia a una prenda blanca de su suciedad, y pon una gran distancia entre mis pecados y yo, tan grande como la distancia que Tú has puesto entre el Este y el Oeste.
(Narrado por al-Bujari, 6014).
Ibn Hayar dijo:
La frase “de la tribulación de la tumba” se refiere a las preguntas de los dos ángeles.
Fath al-Baari, 11/177.
Y al-Mubaarakfuri dijo:
“La tribulación de la tumba” significa confusión al responderles a los dos ángeles.
Tuhfat al-Ahwadhi, 9/328
En tercer lugar:
Con respecto a las preguntas que los dos ángeles harán en la tumba, se encuentra una clara explicación en el siguiente hadiz:
Fue narrado que al-Bara’ (que Allah esté complacido con él) dijo: Salimos con el Mensajero de Allah (la paz y las bendiciones desciendan sobre él) para el funeral de un hombre que pertenecía a los Ansaar. Llegamos a la tumba y cuando (el fallecido) fue colocado, el Mensajero de Allah (la paz y las bendiciones desciendan sobre él) se sentó y nosotros nos sentamos a su alrededor, como si tuviéramos pájaros en la cabeza, es decir, tranquilos y calmados. En su mano tenía un palo con el que raspaba el suelo. Luego levantó la cabeza y dijo:
“Busquen el refugio de Allah para los tormentos de la tumba”, lo dijo dos o tres veces. Luego dijo: “Cuando el siervo creyente está a punto de partir de este mundo y de entrar en el Más Allá, llegan ángeles con sus rostros claros como el sol, y se sientan a su alrededor, hasta donde el ojo puede ver. Ellos traen consigo velos y perfumes del Paraíso. Luego el Ángel de la Muerte llega y se sienta cerca de su cabeza, y dice: “Oh, alma bondadosa, adelántate al perdón de Allah y Su complacencia”.
Luego sale rápidamente, como una gota de agua del pico de una botella. Cuando la atrapa, no la dejan en su mano ni por un instante antes de agarrarla y ponerla en esos velos con esos perfumes, y sale de allí una fragancia como el más delicado almizcle de la faz de la tierra. Luego ascienden, y no pasan por delante de ningún grupo de ángeles sin decir: “¿Quién es esa alma bondadosa?”, y dicen, “Es tal, el hijo de tal y tal, llamándolo por los mejores nombres por los que se lo ha conocido en este mundo, hasta que llegan al paraíso inferior. Pidieron ingresar y les fue autorizado, y (el alma) es bienvenida y acompañada al próximo cielo por los cercanos de Allah, hasta que llegan al séptimo cielo.
Luego Allah dice: “Registren el libro de mi siervo en ‘Illiyun en el séptimo cielo, y regrésenlo a la tierra, porque para ella los creé y a ella se los devuelvo, y de ella los volveré a tomar”. Por lo tanto, su alma regresa al cuerpo, y vienen a él dos ángeles que lo hacen sentar y le dicen:
“¿Quién es tú Señor?” El dice: “Allah”. “¿Cuál es tu religión?” dice: “Mi religión es el Islam”. Ellos dicen: “¿Quién es el hombre que ha sido enviado entre ustedes?” El dice: “Es el Mensajero de Allah (la paz y las bendiciones desciendan sobre él). Ellos dicen “¿Qué has hecho?” El dice: “He leído el Libro de Allah y he creído en él”.
Luego una voz llama desde el cielo. “Mi siervo ha dicho la verdad, preparen para él una cama y vestimentas del Paraíso, y abran una puerta del Paraíso para él”.
Luego, llegan a él algunas de sus fragancias, y su tumba se agranda tanto como él lo puede ver. Luego, se acerca a él un hombre de rostro y ropas atractivas, y con una fragancia agradable, que le dice: “Recibe las buenas noticias que te traerán alegría en este día”. Él dice: “¿Quién eres? Tú rostro es un rostro que trae buenas noticias”. Él dice: “Soy tus buenas acciones”. Él dice: “¡Oh, Señor!, apresura la Hora, así puedo regresar con mi familia y mis riquezas”.
Pero cuando el siervo incrédulo está a punto de dejar este mundo y entrar en el Más Allá, bajan por él ángeles con rostros oscuros, trayendo telas de arpillera, y se sientan a su alrededor donde sus ojos los pueden ver. Luego, el Ángel de la Muerte se sienta cerca de su cabeza, y dice: “Oh, alma maldita, apresúrate a la ira de Allah y Su enojo”. Luego, su alma se dispersa dentro de su cuerpo, y sale rompiendo las venas y los nervios, como un clavo a través de la lana mojada. Cuando lo agarra, no lo dejan en su mano ni por un instante antes de sacárselo y ponerlo en la bolsa de arpillera, y sale de allí un hedor como el peor de los hedores de un cuerpo muerto en la faz de la tierra.
Luego ascienden y no pasan por delante de ningún grupo de ángeles sin decir: “¿Quién es esa alma maligna?”, y dicen: “Es tal, el hijo de tal y tal, llamándolo por los peores nombres por los que se lo ha conocido en este mundo, hasta que llegan al paraíso inferior. Ellos piden que se les abra, y no se les abre”. Luego Mensajero de Allah (la paz y las bendiciones desciendan sobre él) recitó la aleya (interpretación del significado:
“A quienes hayan desmentido Nuestros signos y se hayan ensoberbecido no se les abrirán las puertas del cielo ni entrarán en el Paraíso hasta que un camello pase por el ojo de la aguja. Así castigamos a los pecadores.” [al-A’raaf 7]
Luego agregó: “Allah dice: “Registra el libro de mi siervo en Siyin, y regrésalo a la tierra, porque para ella lo creé, a ella lo regresaré y de allí lo volveré atraer”, por lo tanto su alma se deprime.” Luego el Mensajero de Allah (la paz y las bendiciones desciendan sobre él) recitó el versículo (interpretación del significado):
“Sed monoteístas y creed en Allah, y no seáis idólatras. Quien atribuye copartícipes a Allah es como quien se cae del cielo y lo arrastran las aves o el viento a un lugar lejano.”
[al-Hayy 22]
Dice: “Luego su alma es regresada al cuerpo y vienen a él dos ángeles que lo hacen sentar y le dicen: “¿Quién es tú Señor?” El dice: “¡Oh! No lo sé”. Ellos dicen “¿Cuál es tu religión?” El dice: “¡Oh! No lo sé”. Entonces, se escucha una voz que llama del cielo: “Preparen para él una cama y vestimentas del Infierno, y ábranle una puerta al Infierno”. Luego llegan a él algo de su calor y sus vientos calurosos, y su tumba se contrae y comprime hasta que los bordes se unen. Luego se le acerca un hombre, con rostro y ropas desagradables, y mal olor, que le dice:
“Recibe las malas noticias, este es el día que te habían prometido”. Él dice: “¿Quién eres? Tú rostro predice el mal”. Él dice: “Soy tus malas acciones”. Entonces el nombre dice: “¡Oh, Señor, no dejes que llegue el momento, no dejes que llegue el momento!
Narrado por Abu Dawud, 4753; Ahmad, 18063 – esta es su versión. Clasificada como sahih por al-Albaani en Sahih al-Yaami’, 1676.
El punto de vista correcto es que los dos ángeles sólo hacen preguntas al fallecido en su tumba sobre asuntos del Tawhid (monoteísmo) y la ‘aqidah (creencia). Esto está claro.
Y Allah sabe mejor.