"Lo personal se transforma en un asunto político" en Palestina
Laila El Hadad periodista y madre de Gaza.
La fuerza de la convicción anima los gestos y la voz de Laila el-Haddad cuando habla, apasionadamente, acerca de su patria, la Franja de Gaza. Aunque no nació en esa estrecha y lejana región del mundo, su conexión con ella define sus inquietudes y sus anhelos.
La conversación fluye durante una tranquila y luminosa mañana de sábado en un espacio abierto de la Universidad del Sagrado Corazón desde el cual se pueden apreciar sus jardines. Su hijo mayor, Yousuf, quien cumplirá cinco años en junio y habla con gran soltura en inglés y árabe, de vez en cuando corre hacia ella para abrazarla o preguntarle algo. A pocos pasos, su esposo cuida a la hija menor del matrimonio, Noor, de apenas un año.
Periodista, bloguera y productora de documentales, Laila llegó a nuestra isla, invitada a Puerto Rico por el Centro para la Libertad de Prensa para ofrecer una charla sobre su labor como corresponsal de Al Jazeera en Gaza.
Para realizar esa labor periodística se preparó quizás desde su nacimiento en el seno de una familia que consideraba Gaza como su única patria. Pero sus estudios, primero en el Reino de Bahréin, país de la región del Golfo Pérsico, y luego en Estados Unidos, donde cursó una maestría en política pública en Harvard, le dieron el marco de referencia que necesitaba para comprender ampliamente la historia de su país y el papel que desempeña en la lucha de poder en Oriente Medio.
En Harvard fue justamente donde conoció a su esposo, quien estaba completando su carrera de medicina. "En cierto sentido los dos representamos una parte de la historia palestina", dice.
"Mis padres nacieron en Gaza, pero fueron a estudiar medicina a Kuwait, donde nací yo. Mi esposo nació en un campo de refugiados para palestinos y él viaja con documentos de refugiado.
Es decir, no tiene un pasaporte normal.
Ahora mismo, debido a este estatus, no puede ir a Gaza".
Mientras sus padres vivían en Kuwait junto a Laila y sus hermanos, la familia entera viajaba con cierta frecuencia a Gaza para poder mantener su condición de residentes. Existía el peligro de que si no cumplían con este requisito no se les permitiera la entrada al territorio.
"Nunca dejamos de sentir que pertenecíamos a nuestro propio país, aunque estábamos lejos", afirma.
Sus padres viven actualmente allí y la pregunta surge en forma inevitable: "¿Están bien?". Laila mueve la cabeza.
"No se han afectado personalmente. No les ha pasado nada, pero la situación ha sido terrible. La guerra, los bombardeos, la situación de tantos civiles muertos, entre los que hay centenares de mujeres y niños, ha sido terrible para ellos".
Actualmente Laila vive en Durham, Carolina del Norte, donde su esposo continúa sus estudios de oftalmología.
Dentro de unos meses contemplan un nuevo traslado, esta vez a Maryland, por razones profesionales.
Hace dos años que Laila no viaja a Gaza, pero este año se proponer hacerlo. El hecho de que su esposo no pueda acompañarla le parece una injusticia. "Estas son las contradicciones con las que nos vemos forzados a vivir", dice. "Él es palestino, pero debido a que nació en un campamento de refugiados -como parte de la tercera generación de su familia que está en esas circunstancias - no puede volver a Gaza".
Reconoce, sin embargo, que residir en Estados Unidos le ofrece la oportunidad de dar a conocer la situación de Gaza como periodista, escritora y conferenciante. "Sé que en el mundo no se conoce lo suficiente sobre cómo viven allí las personas comunes y corrientes", indica.
"La gente está enterada solamente de la violencia y muchos nos ven como terroristas. No conocen la situación real de las personas que tuvieron que abandonar sus tierras, sus aldeas, cuando se estableció el estado de Israel y cuando surgieron ocupaciones más tarde. No entienden que vivimos con las limitaciones impuestas por Israel", asegura.
En sus escritos, así como en su blog, ella trata precisamente de mostrar a sus compatriotas como personas normales, que disfrutan de la buena comida, que trabajan y estudian, que tienen fuertes lazos familiares y pueden mantener su sentido del humor en medio del caos.
Pero su misión implica también denunciar en cualquier foro las decisiones del gobierno de Israel en relación a la Palestina, así como la indiferencia de las potencias mundiales antes las consecuencias de esas políticas.
"Creo que la guerra ha puesto en evidencia la agresividad sionista. El hecho de que la población civil se haya visto tan afectada, que haya habido tantas muertes de mujeres y niños, ha sido un elemento que ha impresionado al mundo", afirma.
Pero esto no significa que tenga la intención de disminuir la intensidad de su cruzada. En su blog "Criando a Yousuf y Noor: diario de una madre palestina " ella afirma que "lo personal se transforma en un asunto político" en Palestina, donde, según expresa, las vidas de todos se afectan día tras día por las decisiones que se hacen fuera de sus frontera.