La Mujer en el Islam
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 Nacimiento e infancia

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Ithar Ghada Faied
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MensajeTema: Nacimiento e infancia   Nacimiento e infancia EmptySáb Feb 14, 2009 5:46 pm

El Profeta (sws) nació en el año 571 (según el calendario gregoriano) en la tribu de Quraish [considerada noble por todos los árabes] en La Meca [considerada la capital religiosa de la Península Arábiga].

Los árabes realizaban la peregrinación a La Meca, y caminaban alrededor de la Ka’bah construida por el Profeta Ibrahim y su hijo el Profeta Ismael, que Dios exalte su mención.

El Profeta (sws) era huérfano. Su padre falleció antes de que él naciera, y su madre murió cuando él tenía seis años. Su abuelo, Abdul-Mutalib, cuidó de él, y cuando murió, se hizo cargo su tío, Abu Talib. Su tribu y las otras tribus de la época adoraban ídolos de roca, madera, e incluso de oro. Algunos de estos ídolos fueron ubicados en torno a la Ka’bah. La gente creía que estos ídolos podían alejar el mal o provocar el bien.

El Profeta (sws) fue un hombre honesto y confiable. Nunca tuvo un comportamiento traicionero ni tampoco mentía ni engañaba; era conocido entre su gente como ‘Al-Amin’, o ‘El Confiable’. La gente le confiaba sus objetos de valor cuando se iban de viaje. También era conocido como ‘As-Sadiq’, o ‘El Sincero’, pues nunca mentía. Tenía buenos modales, era bien hablado y amaba ayudar a las personas. Su gente lo amaba y reverenciaba. Dios, el Altísimo, dice:

(Ciertamente eres de una naturaleza y moral grandiosas.) [68:4]

Thomas Carlyle dijo lo siguiente en su libro 'Heroes, Hero-Worship and the Heroic in History':

‘… desde una edad temprana, se destacó como un hombre inteligente. Sus compañeros lo llamaban “Al Amin, El Fiel”. Fue un hombre fiel y veraz; sincero en sus acciones, en sus palabras, y en sus pensamientos. Siempre había un significado en lo que hacía y decía.

Si bien era taciturno al hablar y callado cuando no había nada que decir, era pertinente, sabio y sincero cuando hablaba, y siempre echaba un manto de luz sobre el asunto. ¡Y esas son las únicas palabras que de verdad vale la pena pronunciar! En la vida, descubrimos que era considerado un hombre sólido, fraternal y genuino. Personaje serio y sincero, pero a la vez simpático, cordial, compañero e incluso jocoso – a pesar de todo, siempre reía: Hay hombres cuya risa es falsa, como todo lo que sale de ellos; hombres que no pueden reír. Él era un hombre espontáneo, apasionado, pero a la vez justo y sincero.

El Profeta (sws) gustaba de recluirse en la caverna de Hira antes de que se le encomendara ser profeta. Se quedaba allí muchas noches seguidas.

Jamás engañó; no ingería bebidas embriagantes, tampoco se inclinaba frente a un ídolo o una estatua, tampoco juraba ante ellos ni les hacía ofrendas. Fue pastor de un rebaño de ovejas que le pertenecían a su pueblo. El Profeta (sws) dijo:

‘Todo Profeta encomendado por Dios fue pastor de un rebaño de ovejas’. Sus compañeros le preguntaron: ‘¿Incluso tú, Mensajero de Dios?’. Él respondió: ‘Sí, yo cuidé de un rebaño de ovejas para el pueblo de La Meca’. (Bujari 2143)

Cuando el Profeta Muhammad (sws) cumplió cuarenta años, recibió una revelación divina; se encontraba en la caverna de Hira. A’ishah[1] dijo:

‘Lo primero que recibió el Mensajero de Dios (sws) mientras se encontraba en la Caverna de Hira en La Meca, fueron buenas visiones [sueños]. Cada vez que tenía un sueño, se hacía realidad y se volvía claro como el alba. Más tarde, el Mensajero de Dios (sws) comenzó a amar el estar solo meditando. Pasaba días y noches enteras para cumplir con su propósito en la caverna antes de regresar con su familia. Llevaba una ración de alimentos para su estancia. Cuando volvía con su esposa Jadiyah[2] buscaba más alimentos frescos y regresaba a la Caverna a continuar meditando’.

‘La verdad le llegó cuando se encontraba en la Caverna de Hira. El ángel Gabriel (sws) se acercó a Muhammad (sws) y le ordenó que leyera. Muhammad (sws) le respondió: “¡No sé leer!”. Gabriel (sws) abrazó a Muhammad (sws) hasta que éste no pudo respirar más, y lo soltó: “¡Oh Muhammad! ¡Lee!”. Nuevamente, Muhammad (sws) respondió: “¡No sé leer!”. Gabriel (sws) abrazó a Muhammad (sws) por segunda vez. Luego le ordenó que leyera por tercera vez, y lo abrazó fuertemente hasta que no podía respirar, y lo soltó diciendo: “¡Oh Muhammad!

(¡Lee! En el nombre de tu Señor, Quien creó todas las cosas. Creó al hombre de un cigoto. ¡Lee! Que tu Señor es el más Generoso.) [96:1-3]

El Mensajero de Dios (sws) regresó temblando a su casa. Entró y le dijo a Jadiyah: “¡Cúbreme, cúbreme!”. Jadiyah cubrió a Muhammad (sws) hasta que se sintió mejor. Luego le contó a su esposa lo sucedido en la Caverna de Hira. Dijo: “Me preocupé por mí y por mi bienestar”. Jadiyah tranquilizó a Muhammad (sws) diciendo: “¡Por Dios! ¡No debes preocuparte! ¡Dios, el Exaltado, nunca te humillaría! Eres bueno con tus pares. Ayudas a los pobres y necesitados. Eres generoso y hospitalario con tus huéspedes. Ayudas a quienes lo necesitan”. Jadiyah llevó a su esposo Muhammad (sws) a casa de un primo de ella llamado Waraqah bin Nawfal bin Asad bin Abdul Uzza. Este hombre se convirtió al cristianismo durante la era pagana. Era escriba de Escrituras hebreas. Era un anciano que había perdido la vista en los últimos años de su vida. Jadiyah le dijo a su primo: “¡Oh primo mío, escucha lo que tu sobrino [es decir, Muhammad, que Dios exalte su mención] está a punto de contarte!”. Waraqah dijo: “¿Qué es lo que has visto, querido sobrino?”. El Mensajero de Dios (sws) le contó lo sucedido en la Caverna de Hira. Al oír el relato, Waraqah dijo: “¡Por Dios! ¡Es el ángel Gabriel (sws) quien se apareció ante el Profeta Moisés, que Dios exalte su mención. Ojalá pudiera yo estar con vida cuando tu pueblo te saque de La Meca!”. El Mensajero de Dios (sws) preguntó: “¿Van a expulsarme de La Meca?”. Waraqah contestó afirmativamente diciendo: “Nunca un hombre ha transmitido un Mensaje similar al que llevas contigo, sin que su pueblo haya entablado guerra contra él – si puedo ser testigo de eso, te daré mi apoyo”. Waraqah falleció poco tiempo después de este incidente. Las revelaciones también cesaron de momento’. (Bujari, 3).

El versículo del Corán citado en el hadiz[3] anterior marca cuando comenzó su misión profética. Luego Dios, el Exaltado, le reveló:

(¡Oh, tú [Muhammad] que te envuelves en el manto! Levántate y advierte [a los hombres]. Proclama la grandeza de tu Señor, purifica tus vestimentas) [74:1-4]

Este versículo del Corán marca el comienzo de su misión como Mensajero.

Con la revelación de este capítulo del Corán, el Profeta (sws) comenzó abiertamente a convocar a su pueblo al Islam. Comenzó con su propio pueblo. Algunos se negaron a escucharlo porque los invitaba a algo que nunca habían visto antes.

El Islam es una forma de vida completa, que trata temas religiosos, políticos, económicos y sociales. Además, la religión del Islam no sólo los convocaba a que adoraran solamente a Dios y a dejar de lado todos los ídolos y cosas que adoraban; también prohibía cosas que consideraban placenteras, como la usura o el consumo de embriagantes, la fornicación y los juegos de azar.

También convocaba a las personas a ser justas entre sí, y a conocer que no hay diferencia entre ellas salvo a través de una corrección en la forma de vida. ¡Cómo podían Quraish [la tribu más noble de los árabes] ser tratados de igual manera que los esclavos! No sólo se negaron totalmente a aceptar el Islam, sino que también culpaban y dañaban al Profeta (sws) diciendo que estaba loco, que era un hechicero y mentiroso.

Lo culpaban de cosas que no lo habrían culpado antes de la llegada del Islam. Incitaban a las masas y a los ignorantes a que se pusieran en su contra, y también torturaron a sus compañeros. Abdullah b. Masud dijo:
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MensajeTema: Re: Nacimiento e infancia   Nacimiento e infancia EmptySáb Feb 14, 2009 5:46 pm

‘Mientras el Profeta (sws) se encontraba de pie orando cerca de la Ka’bah, un grupo de Quraish estaba sentado, y uno de ellos dijo: ‘¿Ven ese hombre? ¿Quién puede traer la suciedad y los desechos de los intestinos de los camellos, y esperar a que se incline para echárselos sobre sus espaldas? Los peores se ofrecieron para hacerlo, y cuando el Profeta (sws) se postró, pusieron los desechos sobre sus espaldas, mas el Profeta (sws) se quedó postrado. Rieron tan fuerte que casi se cayeron. Alguien fue a buscar a Fátima, quien era apenas una jovencita, y le informaron de lo sucedido. Ella corrió hacia el Profeta (sws) y le limpió la suciedad de la espalda, y luego dio la vuelta y maldijo a los de la tribu Quraish que se encontraban sentados en ese sitio’. (Bujari, 498).

Munib al-Azdi dijo: ‘Vi al Mensajero de Dios decirle a la gente durante la era pagana:

‘Atestigüen que no existe dios digno de alabanza excepto Dios si quieren alcanzar el éxito’. Algunos escupieron su cara, otros le arrojaron tierra en el rostro, y otros lo insultaron hasta el mediodía. Cada vez que una niña se acercaba con una vasija de agua, él se lavaba las manos y la cara y decía: ‘Oh hija, no tengas miedo de que tu padre sea humillado o agobiado por la pobreza’. (Mu’yam al-Kabir, 805).

Urwah b. az-Zubair dijo: ‘Le pedí a Abdullah b. Amr al-Aas que me contara lo peor que le hicieron los paganos al Profeta (sws) y me dijo:

‘Uqbah b. Mu’ait se acercó al Profeta (sws) mientras oraba cerca de la Ka’bah, y le retorció su túnica alrededor del cuello. Abu Bakr[4] se acercó rápidamente, tomó a Uqbah del hombro y lo alejó diciendo: ‘¿Vas a matar a un hombre porque proclama a Dios como su Señor y tiene señales claras de tu Señor?’ (Bujari, 3643).

Estos incidentes no detuvieron al Profeta (sws) en su prédica. Convocó al Islam a muchas tribus que venían a La Meca a realizar la Peregrinación[5]. Algunos eran del pueblo de Yazrib, conocido hoy como Medina, y juraron serle leales y ayudarlo si optaba por ir a Medina. Él envió a Mus’ab b. Umair con ellos para que les enseñara el Islam. Después de todas las dificultades que los musulmanes tuvieron que afrontar por parte de su propio pueblo, Dios les permitió emigrar de su ciudad a Medina. El pueblo de Medina los recibió de una manera extraordinaria. Medina se convirtió en la capital del estado islámico, y el punto desde el que se comenzó a expandir la prédica del Islam.

El Profeta (sws) se instaló allí y le enseñó a la gente la recitación coránica y la jurisprudencia islámica. Los habitantes de Medina se conmovieron enormemente con los modales del Profeta (sws). Lo amaban más que a sí mismos; se esmeraban por servirlo, y gastaban todo lo que tenían en su causa. La sociedad era fuerte y su pueblo era rico en términos de Fe y eran muy felices. La gente se amaba, y reinaba una verdadera hermandad entre las personas.

Todos eran iguales; ricos, nobles y pobres, blancos y negros, árabes y no árabes – todos eran considerados iguales para la religión de Dios, no había ninguna distinción entre las personas salvo a través de la piedad. Luego de que la prédica del Profeta (sws) se expandiera en Medina, los Mecanos atacaron al Profeta (sws) en la primera batalla del Islam, la Batalla de Badr. Esta batalla tuvo lugar entre dos grupos desiguales en armamento y preparación.

Los musulmanes eran 314, mientras que los paganos sumaban 1000 hombres pertrechados. Dios le dio la victoria al Profeta (sws) y sus Compañeros. Después de esta batalla, tuvieron lugar muchas batallas entre los musulmanes y los paganos. Luego de ocho años, el Profeta (sws) pudo preparar un ejército de 10.000 hombres. Emprendieron la marcha hacia La Meca y la conquistaron, derrotando así a su pueblo, que lo había perseguido y torturado. Muchos musulmanes incluso habían sido obligados a abandonar sus propiedades y riquezas y huir para salvar sus vidas. Los derrotó de manera decisiva, y ese año fue llamado ‘El Año de la Conquista’. Dios, el Exaltado, dice en el Corán:

([¡Oh, Muhammad!] Cuando llegue el socorro de Dios y la victoria [la conquista de La Meca] y veas a los hombres ingresar en tropeles en la religión de Dios, Glorifica y alaba a tu Señor por ello, y pide Su perdón; por cierto que Él es Indulgente.) [110:1-3]

Luego convocó al pueblo de La Meca y les dijo:

‘¿Qué piensan que voy a hacerles?’. Ellos respondieron: ‘Sólo harás algo favorable; ¡eres un hermano bueno y generoso, y un sobrino bueno y generoso!’ El Profeta (sws) dijo: ‘Vayan, son libres de hacer lo que deseen’. (Baihaqi, 18055).

Esa fue una de las tantas razones por las cuales muchos de ellos aceptaron el Islam. El Profeta (sws) regresó luego a Medina. Después de un período de tiempo, el Profeta (sws) realizó la peregrinación, por lo que se dirigió a La Meca con 114.000 seguidores. Esta Peregrinación es conocida como ‘La Peregrinación de Despedida’ dado que el Profeta (sws) nunca realizó otra Peregrinación, y murió poco después de completarla.

Durante su Peregrinación pronunció el siguiente discurso:

"¡Oh gente! Escuchen mis palabras, debido a que no sé si he de encontrarme con vosotros, en este lugar, después de este año. Vuestra vida y vuestros bienes son sagrados, como lo son sagrados este día de hoy, este mes, y esta ciudad.

Todas las prácticas paganas están ahora bajo mis pies. Todo acto de venganza de los días del paganismo queda abolido. La usura de la época del paganismo queda abolida, empezando por el interés que se le debe a Abbas bin Abdul Muttalib (su tío).

Teman a Dios en el trato a vuestras mujeres. Las han tomado bajo la protección de Dios y son lícitas para vosotros por la Palabra de Dios. Ellas no deben permitirle a nadie acercarse a vuestro lecho ni entrar en vuestras casas sin vuestro permiso. Tienen el deber de alimentarlas y vestirlas adecuadamente.

Les he dejado entre vosotros el Libro de Dios y mis enseñanzas, y si se aferran a ambas nunca se desviarán.

Oh gente, no habrá ningún Profeta luego de mi y ninguna nación después de la vuestra. Así que les recomiendo adorar a vuestro Señor, rezar las cinco oraciones, ayunar en el mes de Ramadán y dar el Zakat (derecho de los pobres) de vuestros bienes con agrado. Les recomiendo hacer la peregrinación a la Sagrada Casa de vuestro Señor y obedecer a aquellos que están encargados de vuestros asuntos, si hacen todo esto entrarán en el Paraíso de vuestro Señor. Si son preguntados acerca de mí, ¿qué dirán?" Contestaron: "Atestiguaremos que has transmitido y entregado el mensaje y nos has aconsejado." Entonces levantó su dedo índice hacia el cielo mientras decía: "Dios, Se testigo"

El Profeta (sws) murió en Medina el 12 del mes lunar Rabi az-zani en el año 11 de la Hégira. El Profeta (sws) fue sepultado también en Medina. Los musulmanes quedaron impactados al enterarse de su muerte; algunos Compañeros no creían lo que oían. Umar dijo: ‘¡Quien diga que Muhammad ha muerto, lo decapitaré!’. Abu Bakr dio un discurso, y recitó las palabras de Dios:

(Muhammad no es sino un Mensajero, a quien precedieron otros. ¿Si muriera o le dieran muerte, volveríais a la incredulidad? Mas quien volviera a ella, en nada perjudicará a Dios. Dios retribuirá a los agradecidos.) [3:144]

Cuando Umar oyó este versículo comprendió que el Profeta (sws) había muerto. El Profeta (sws) tenía 63 años de edad al morir.

Permaneció en La Meca durante cuarenta años, antes de ser encomendado como profeta. Luego vivió allí otros 13 años durante los cuales convocó a la gente al monoteísmo. Después emigró a Medina, donde vivió diez años. Allí recibió revelaciones constantemente, hasta que el Corán y la religión del Islam estuvieron completos.

George Bernard Shaw dijo:

‘Siempre he tenido un gran aprecio por la religión de Muhammad (sws) debido a su maravillosa vitalidad. Es la única religión que parece tener esa capacidad de asimilar las fases cambiantes de la existencia y que la hacen atractiva para cualquier época y edad – yo predije que la fe de Muhammad sería aceptable el día de mañana, ya está siendo aceptable en la Europa de hoy. Los eclesiásticos medievales, ya sea por ignorancia o fanatismo, pintaron al Islam con los colores más oscuros. De hecho, fueron entrenados para odiar tanto a Muhammad (sws) como a su religión. Para ellos, Muhammad (sws) era el anticristo. Yo he estudiado a este hombre maravilloso, y en mi opinión, lejos de ser llamado el anticristo, debería ser llamado el Salvador de la humanidad’[6]






[1] Esposa del Profeta.

[2] Jadiyah fue la primer esposa del Profeta.

[3] La narración de una declaración, hecho, aprobación tácita o característica del Profeta.

[4] El compañero más íntimo del Profeta y el primer Califa del Islam después de su muerte.

[5] La peregrinación a La Meca.

[6] Enciclopedia de Sirah, por Afzalur Rahman.
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