Ithar Ghada Faied Admin
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| Tema: Clarificación con respecto al hadith del beduino Mar Feb 03, 2009 6:04 pm | |
| Por: Al-Hafidh Zaynud-Din al-Iraqi (muerto en el 806 H).
Tomado de: www.troid.org.
Traducido por: Musa Abdullah Reyes H.
Para: www.islammexico.net
De Abu Hurayrah: “Un beduino árabe entró a la mezquita y rezó dos Rakát. Él luego dijo: “Oh Alláh ten misericordia sobre mí y Muhammad y no seas misericordioso hacia nadie junto a nosotros”. Así que el Mensajero de Alláh (صلى الله عليه وسلم) se volteó y dijo: “Tú efectivamente has pedido por algo que excluye a muchos”. Luego no había pasado mucho tiempo para que él se orinara en la mezquita, así que la gente se apresuró hacia él. Así que el Mensajero (صلى الله عليه وسلم) dijo: “Verdaderamente fui enviado para hacer las cosas fáciles y no fui enviado para hacer las cosas difíciles y él la derramó en un balde de agua”[1].
Los puntos de beneficio que pueden ser derivados de este Hadith son como sigue:
1.- Llevar a cabo dos Rakát (unidades) de “Tahiyatul Masyid” (oración para saludar a la mezquita) al entrar a la mezquita es una oración que es altamente recomendada. Por lo tanto esto fue algo bien conocido entre los Compañeros (رضي الله عنهم), aún el beduino árabe quien orinó en la mezquita estaba advertido de la regla de esta oración. De cualquier manera esta oración debería ser abandonada solamente cuando la oración obligatoria ya haya sido declarada o cuando uno entra en el Masyid-ul-Haram, entonces es sobre tal persona el realizar el Tawaf porque esto será respectivamente su saludo de la mezquita. De cualquier manera, si uno entra al Masyid-ul-Haram y uno es incapaz de hacer el Tawaf, porque el tiempo de la oración está cerca o hay un sermón en curso, entonces en este caso el “Tahiyatul Masyid” (oración para saludar a la mezquita) sería suficiente.
2.- Es de la apropiada Adab (manera) de hacer Duá (suplicación) que aquel quien hace Duá públicamente no debería hacer Duá para él mismo o para unos pocos selectos (incluyéndose a él mismo); para la exclusión de los otros quienes están presentes. Con respecto a la Duá del beduino, de que no tuviera misericordia sobre el resto de ellos, de que no los perdonara, entonces esto es impermisible si está basado sobre una razón inválida. Y esto es exactamente lo que el beduino hizo por su ignorancia, por lo tanto el Mensajero (صلى الله عليه وسلم) objetó lo que él dijo. Aún más, el hadith de Thawban confirma el principio de que el Imám debería incluir en su Duá a todos aquellos quienes están presentes y no restringir la Duá a solo él mismo. De Abu Dawud: “El Mensajero de Alláh (صلى الله عليه وسلم) dijo: Tres cosas uno no está permitido para hacer: suplicar a Alláh específicamente por él mismo e ignorar a los otros mientras se dirige a la gente en la oración, si él lo hace, los defrauda”[2]. Con respecto al asunto de hacer Duá para todos los musulmanes pidiendo que ellos sean perdonados y que tengan misericordia conferida sobre ellos, el Sheik Shihabud-Din al-Qarafi declaró que esto es impermisible, porque es sabido que algunos de los musulmanes pecadores deben ser castigados. De cualquier manera, esta opinión de él es inaceptable, debido a las muchas narraciones de los Salaf y el Khalaf que los musulmanes pecadores eventualmente abandonarán el Fuego y entrarán al Paraíso después de ser castigados por un periodo de tiempo, como un resultado de la misericordia y perdón de Alláh. Por lo tanto no hay nada malo en hacer tal Duá.
3.- Uno debería ser inmediato cuando se corrija un error o cuando se enseña a uno quien no sabe una vez que él se vuelve advertido de ese error. De cualquier manera, si esta persona está en su oración, como en la narración de Al-Bukhari, entonces aquel quien está haciendo la corrección debería esperar hasta después de la oración para corregir el error de esa persona como está indicado en el resto del hadith. De cualquier manera, este apresuramiento (a corregir a otro) es bajo la condición de que el daño sea (como en esta situación) restringido solamente a esa persona en particular. De cualquier manera, si el daño es sobre alguien más, por ejemplo, que mientras se está en la oración uno vea a alguien matando a otra persona injustamente, en tal situación se vuelve obligatorio para uno el romper la oración y detener esta maldad hasta (donde llegue) lo mejor de su habilidad.
4.- Su declaración: “Tú efectivamente has pedido por algo que excluye a muchos” significa que él buscó restringir para sí mismo algo que Alláh ha hecho que sus puertas estén abiertas para todos.
5.- Si alguien comete un pecado que viola los derechos de Alláh, el Hadd (castigo) no es cargado sobre esa persona si él era ignorante de esa prohibición en particular. Esto es porque esta persona puede ser un musulmán nuevo, o creció en el desierto, o no tiene acceso a los escolares debido a la gran distancia a la que él vive de ellos. Porque este beduino creció en el desierto y él no sabía que no es permisible el orinar en la mezquita, así que el Mensajero de Alláh (صلى الله عليه وسلم) no lo castigó, ni permitió a nadie más que lo distrajera de orinar.
6.- La declaración de Abu Hurayrah: “Así que la gente se apresuró hacia él”, significa que ellos fueron para golpearlo, como en algunas narraciones de Al-Bukhari: “La gente se levantó y fue hacia él para pegarle, así que el Mensajero de Alláh (صلى الله عليه وسلم) les dijo que lo dejaran”.
7.- Mostrar bondad al ser gentil y evitar la severidad cuando se corrija un error o se enseña a una persona ignorante. Por lo tanto, el Mensajero (صلى الله عليه وسلم) dijo a sus Compañeros: “Verdaderamente fui enviado para hacer las cosas fáciles y no fui enviado para hacer las cosas difíciles” y en otra narración, por Ibn Mayah, declara: “Después de que el beduino árabe hubo aprendido que lo que hizo es incorrecto, él se levantó y fue hacia el Mensajero (صلى الله عليه وسلم) y dijo. “Por mi padre y por mi madre”. Él no fue severo con él ni abusó de él; más bien dijo: “Verdaderamente la mezquita no es para ser orinada dentro de ella, efectivamente, fue construida para la remembranza de Alláh”[3]. Su declaración: “Verdaderamente la mezquita” se aplica a todas las mezquitas y no solo a la mezquita del Profeta (صلى الله عليه وسلم). Como el reporte de Anas narrado por Imám Muslim declara: “Entonces el Mensajero (صلى الله عليه وسلم) lo llamó y le dijo: “Verdaderamente la inmundicia y la orina no están permitidas en estas mezquitas, efectivamente ellas son para la remembranza de Alláh, la oración y recitar el Corán”[4].
8.- Soportar el menor de dos males, fuera del temor de que el más grande de los dos pueda ocurrir. Así, el Mensajero (صلى الله عليه وسلم) ordenó a los Compañeros (رضي الله عنهم) que dejaran al hombre hasta que acabara de orinar en la mezquita, a pesar del hecho de que no es permisible orinar en la mezquita, ya sea poco o mucho. Por lo tanto, por el ordenar del Mensajero (صلى الله عليه وسلم) a sus Compañeros (رضي الله عنهم) el dejarlo solo nosotros aprendemos dos lecciones: (1) Él ya había profanado a la mezquita al levantarse para orinar en ella, y si ellos lo hubieran detenido, ello lo hubiera llevado a profanar otro lugar en la mezquita o hubiera causado que ensuciara sus ropas y a él mismo. Así, fue mejor para él dejarlo orinar en el mismo lugar donde él comenzó y reduciendo por lo tanto el nivel del daño. (2) Detener su orina hubiera incrementado (físicamente) la dificultad que ya estaba sobre él después de profanar la mezquita. Esto es de la bondad del Mensajero (صلى الله عليه وسلم) sobre su Ummah. Quizá aquel quien excedió los límites fue rebajado por el Mensajero (صلى الله عليه وسلم) cuando corregía a alguien quien podía caer en algo más grande que aquello del ignorante a quien corregía. Como mi amigo, el Sheik, el Imám, el ejemplo, Shamsud-Din Muhammad Ibn Sidiq al-Yinani me dijo: “Yo estaba en el Masyid-ul-Haram y vi a un hombre orinar en la mezquita, así que yo me enojé mucho y lo traté de una manera muy severa. Luego hice que cargara en su Thawb (camisa) el polvo sobre el que había orinado hacia fuera de la mezquita porque estaba muy repleto y yo temí que alguien pudiera pasarse en él y hacerse a sí mismos impuros (para la oración). Entonces yo recordé las palabras del hadith “Y no lo molesten” y comencé a arrepentirme de la manera en la cual traté con aquella persona, porque quizá el era ignorante o él pudo no haber controlado su orina. Luego en el mismo día yo fui afligido por orinar sobre mí mismo ensuciando mi Izar (vestimenta de abajo) y rida (capa) y yo estaba en estado de Ihram, y soy una persona quien es extremadamente cuidadosa cuando se refiere a los asuntos de la purificación. Algunas veces alcanzaba hasta el punto de que aún dudaba acerca de si tenía ablución o no después de haberla hecho así que yo abandoné la mezquita y me quedé confundido ¿Dónde podría llevar a cabo mi ablución y lavar mi Ihram con toda esta gente alrededor del agua de Makkah? Yo luego fui ante uno de aquellos hombres quienes estaban dando agua y estaba muy lleno alrededor de él. Uno de ellos vino a mí pero yo no lo conocía ni podía recordar haberlo visto antes. Entonces él me dijo: “La bienvenida a nuestro amado, el muwaswis (uno quien constantemente duda acerca de si tiene ablución o no después de haberla hecho) ¿parece que quieres limpiarte a ti mismo?”. Yo dije que sí. Lugo él me dio algo que usé para velarme, entonces me quité mi Izar y rida y llamé a uno de los muchachos para que los sostuviera por mí. Él dijo a uno de ellos que limpiara mi ropa mientras yo tomaba un baño, así que ellos vertieron mucha agua sobre ello, hasta que yo estuve satisfecho. Posteriormente, el muchazo se quedó con mi ropa dejando que la brisa soplara en ella hasta que estuvo seca. Cuando mis ropas estuvieron secas y yo las tenía de regreso otra vez, el hombre me dijo: “Tú fuiste recibido cortésmente hoy”. Este buen trato que recibí de ellos verdaderamente me asombró especialmente de aquellos quienes llevan a cabo tal trabajo. Entonces yo reconocí que este trato que recibí fue como un resultado por mi arrepentimiento de la manera poco complaciente con la cual yo traté con el hombre quien orinó en el Masyid-ul-Haram”.
9.- En ello está la evidencia de que la orina de los humanos es impura, y esto es por el consenso de todos los Escolares[5].
[1] Relatado por Al-Bukhari (no. 6128).
[2] Daif: Refiérase a Daif Abi Dawud (nos. 11 y 12) del Imám Al-Albani.
[3] Sahih: relatado por Ibn Mayah (no. 529). Fue autentificado por el Imám Al-Albani en “Sahih Sunan Ibn Mayah” (no. 428).
[4] Relatado por Muslim (no. 285).
[5] Tomado de “Tarhut-Tathrib” (1/123-128) el cual fue escrito por Al-Hafidh al-Iraqi (muerto en el 806 H) y completado por su hijo Al-Hafidh Abu Zurah al-Iraqi (muerto en el 862 H). | |
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