Es humilde y modesta

No constituye sorpresa alguna que la musulmana que comprende cabalmente las enseñanzas del Islâm sea humilde, modesta, amable, tolerante, y benévola en su trato con los demás. Ella encuentra Hadîces que complementan aquellos que advierten a los hombres y mujeres sobre la arrogancia, textos que promueven la modestia y la humildad, prometiendo a todo el que sea humilde por la causa de Allâh (swt), la elevación en cuanto a estatus, tal como lo dijo el Profeta (sws) en el Hadîz narrado por Muslim:

"No hay quien sea humilde por Allâh (swt), sin que Allâh (swt) lo eleve en condición".[1]

"Allâh (swt) me dijo que debéis ser tan humildes los unos con los otros que ninguno de vosotros debe jactarse con nadie y nadie debe oprimir a los otros".[2]

La musulmana, que estudia la vida del Profeta (sws), encontrará en su sublime carácter, un ejemplo vívido y único de modestia, humildad, cortesía, autenticidad, actitudes nobles y tolerancia.

Cuando él (sws) pasaba cerca de un grupo de niños que estaban jugando, él (sws) se detenía, los saludaba, y bromeaba en forma natural con ellos. Su elevada condición como Profeta y líder de la Ummah no le impidió ser espontáneo y natural con los demás.

Anas (ra) dijo que él pasó cerca de un grupo de niños y los saludó. El añadió, '"El Profeta (sws) solía hacer esto habitualmente".[3]

Tamîm ibn Usayd fue a Madînah para preguntar acerca de las normas del Islâm. Él era un extranjero, sin embargo no encontró ninguna barrera o guardia entre él y el Profeta (sws), el primer hombre en el estado islámico, quien estaba en el minbar dirigiéndose a la gente. Tamîm se presentó para preguntar sobre algunas cuestiones y el Profeta (sws) le dio la bienvenida con toda su cordialidad, humildad, y compasión. Tamîm contó la anécdota como fue relatada por el Imâm Muslim:

"Fui hacia donde estaba el Profeta (sws) mientras él estaba dando un sermón. Le dije: 'Mensajero de Allâh, un forastero ha venido a preguntar acerca de su religión porque no conoce cuál es la suya'. El Profeta (sws) me dio la bienvenida, interrumpió su sermón, y vino hacia mí. Le fue traída una silla, entonces se sentó y comenzó a enseñarme lo que Allâh (swt) le había enseñado. Posteriormente resumió su sermón, y terminó lo que estaba diciendo". [4]

El Profeta (sws) solía infundir la actitud de humildad basada en la tolerancia, amabilidad, y una buena naturaleza en los corazones de sus compañeros. Él (sws) dijo cierta vez:

"Si me invitaran una comida tan sencilla como la pata de un cordero, o si me ofrecieran esta comida como un regalo, yo la aceptaría".[5]

Esta es la modestia en su forma más pura y la grandeza humana en su más elevado nivel.





[1] Sahîh Muslim, 16/141, Kitâb al birr wa'l silah wa'l adâb, bâb istihbâb al 'afu wa'l tawadu'.

[2] Sahîh Muslim, 18/200, Kitâb al yannah wa siffat na'imiha wa ahliha, bâb al siffat allati yu'raf biha fi'l dunya ahl al yannah.

[3] (Bujâri y Muslim), Ver Riyâdh al Salihîn, 331, Bâb al tawadu'.

[4] Sahîh Muslim, 6/165, Kitâb al yumu'ah, bâb al ta'lim fi'l jutbah.

[5] Fath al Bârî, 5/199, Kitâb al hibbah, bâb al qalîl min al hibbah.