Mantiene los vínculos de parentesco, aunque sus parientes no sean musulmanes

Cuando la mujer musulmana examina la guía del Islam, ve que alcanza nuevas cimas de gentileza y humanidad al prescribir a sus seguidores el mantenimiento de los vínculos de parentesco, aunque sus parientes sigan una religión distinta a la del Islam. ‘Abdullah Ibn ‘Amr Ibn Al ‘Âs (ra) dijo al respecto:

"Escuché decir abiertamente al Profeta (sws): 'La familia tal y tal no son mis amigos puesto que mis amigos son Allah (swt) y los creyentes justos. Pero ellos tienen vínculos sanguíneos conmigo que reconoceré y mantendré".[1]

Cuando fue revelada la aleya: “Y amonestad a vuestros deudos más cercanos” [Y advierte primero a tus familiares de entre tu pueblo.] (26:214), el Profeta (sws) convocó a Quraish. Al poco tiempo, ellos se reunieron y él se dirigió a ellos en términos generales y específicos a la vez: "¡Oh, Banû Ka‘b Ibn Lu'ai! Salvaos del fuego. ¡Oh, Banû Murrah Ibn Ka‘b! Salvaos del fuego. ¡Oh, Banû ‘Abd Ash Shams! Salvaos del fuego. ¡Oh, Banû ‘Abd Al Manâf! Salvaos del fuego. ¡Oh, Banû Hâshim! Salvaos del fuego. ¡Oh, Banû ‘Abd Al Muttalib! Salvaos del fuego. ¡Oh, Fâtimah! Sálvate del fuego. Yo no puedo hacer nada para protegeros del castigo de Allah (swt), pero existen lazos de parentesco entre nosotros que reconoceré y mantendré".[2]