Xenofobia y lucha de clases en Cataluña

Recientes encuestas ponen en evidencia una secreto a voces: la mayoría de los catalanes son xenófobos


Recientes encuestas ponen en evidencia una secreto a voces: la mayoría de los catalanes son xenófobos. El barómetro de primavera realizado por GESOP para El Periódico de Catalunya ofrece datos escalofriantes: un 48% de los encuestados consideran que la inmigración es mala para el país y solo un tercio opina que es positiva; el 64% se muestran contrarios a que los ayuntamientos empadronen a “sin papeles”; y el 22% considera que los extranjeros no deben tener los mismos derechos que los nativos del país.

Esta encuesta da resultados similares a la realizada por el Instituto Noxa para La Vanguardia hace un par de semanas: el 52% de los catalanes piensa que hay demasiados inmigrantes; otro 27% juzga elevado el número de extranjeros, “aunque no demasiado”, y sólo un 19% califica de “aceptable” la cifra de extranjeros. Es decir: el 79% considera que hay demasiados inmigrantes. Otro dato impactante: el 24% defiende que los autóctonos tengan prioridad a la hora de ocupar un empleo.

Nos hallamos en una situación gravísima, pues los partidos mayoritarios tienden a hacerse eco de las tesis xenófobas. Al mismo tiempo, estas son el resultado de políticas miopes y de la falta de desarrollo de los servicios sociales en España. Y no olvidemos que este es el país de la Unión Europea con un mayor porcentaje de población reclusa, un dato también relacionado con la precariedad de los servicios sociales. No casualmente, España es el país donde los grandes bancos han sufrido menos el efecto de la crisis.

Ante datos como estos, el panorama para los derechos humanos en Catalunya no puede ser más sombrío. Vivimos en un país con muy poca cultura pluralista. El nacional-catolicismo impuesto por CiU durante los 23 años de pujolismo ha dejado huella. Si a esto le sumamos el auge de la islamofobia, y su aceptación abierta por parte de numerosos “intelectuales” y de los medios de comunicación mayoritaria, es fácil darse cuenta de que avanzamos a pasos agigantados hacia una nueva forma de fascismo.

La causa hay que buscarla en lo que el profesor Vicenç Navarro califica como “El subdesarrollo social de España” (Público 23-10-2009): España está a la cola de la Europa Social, es el país más desigual de la Unión Europea, es uno de los países de la UE que gasta menos fondos públicos en su estado del bienestar, tiene el tiempo de visita al médico general de la sanidad pública más corto (6 minutos) de la UE-15, es uno de los países con mayores desigualdades de renta en la OCDE…

Las desigualdades sociales no han dejado de aumentar en los últimos 10 años, a causa de las políticas neoliberales del PP y del PSOE, siempre alentados por CiU, como partido de la burguesía catalana. Los ciudadanos echan la culpa de su situación a los inmigrantes, precisamente los sectores más desfavorecidos, en vez de a los verdaderos culpables: el 20% de la población de rentas altas, quienes se están enriqueciendo a costa de la mayoría, y se niegan a cualquier medida de redistribución de la riqueza. Ellos tienen los medios de comunicación y los partidos políticos mayoritarios a su servicio. De hecho, ellos son esos partidos. Es a ellos a quienes la xenofobia beneficia, y por ello la fomentan.